Los caminos a ninguna parte me dan miedo, por eso quiero creer, que quizás algún día te pares a esperarme.

Quiero, por lo menos, ser un error en tu vida, que me recuerdes, y digas... ¿Cómo pude ser tan tonto? Mientras mi dulce sonrisa, vuelve, irrevocablemente a tu cabeza .

No hay comentarios:

Publicar un comentario